domingo, 13 de mayo de 2012

Impacto inesperado

Hoy, he acudido felizmente al festejo de la comunión de unos niños de mi familia, y han confluído en mí un conjunto de sentimientos que me gustaría plasmar por aquí. Hace tiempo que rehúso las misas y a los curas, pero en un día como hoy no estaba de más acudir (después de.... ¿años? sin ir a misa..), era imprescindible además venir, porque mi corazón pedía un reencuentro con la familia en un evento de tales características ya que siempre es agradable, y así ver a la parte que menos veo de los parientes, mi parte de sangre murciana... Por un lado he comprobado el "circo" que supone una comunión dentro de la iglesia, gente de todas las creencias y no creencias haciendo como que les interesa lo que dice el cura(los padres de los niños y los niños haciendo como que también les interesa todo), y la gente que desde que entra hasta que sale permanece inmutable/impasible ante las palabras del señor cura, y esta ahí por cumplir. Llamemoslo hipocresía. Por otra parte he sentido el cariño de los que realmente me quieren y me aprecian, los que sabes interiormente que no van a darte la espalda(o eso esperas). Y finalmente como colofón, el destrozo sentimental y complejo que ha supuesto en el día de hoy (nada sorprendente, no obstante) cuando mi tío se ha enterado de mi signo político(léase: de izquierdas), y ha dirigido unos cuantos misiles de corto alcance hacia mí, pillandome un tanto desprevenido a la par que sofocado por el calor.. en este caso ha sido como una coraza que ha caído y ha dejado al descubierto una parte de mí, cerrando una puerta de un portazo. Ha sido como la cuchilla que atraviesa al Ninja que se hace el arakiri, entra y sale, produce el dolor justo para hacer que caigas muerto al instante, y no hay vuelta atrás... Soy un hombre fuerte y libre, lo superaré, pero la sangre es la sangre, y hay cosas que duelen....