A lo largo de la infancia nos van ocurriendo cosas que marcan nuestra forma de ser y nos hacen pasar de niños a adolescentes y a adultos en una evolución paulatina que va por etapas, la educación que recibimos tanto en escuelas, e institutos junto con la de nuestros padres, y las cosas que vamos percibiendo son lo que poco a poco irán conformando nuestra personalidad. Me paro en este punto, y a modo de pequeña reflexión personal me parece interesante contar que mi infancia, como muchos saben, estuvo marcada por inseguridades y mal trato psicológico por parte de algunas personas que, unas veces más conscientemente y otras veces más inconsciente, por unos motivos u otros, intentaron destruir la infancia de un niño, que al fin y al cabo no era más que eso. Plasmo todo ello a modo de anécdota porque años más tarde y con la madurez que dan los años, aunque soy terriblemente joven todavía, me da risa y lo recuerdo con bastante gracia, porque creo que muchas de esas personas ignoraban completamente mi persona y mi forma de ser y por las circunstancias de la coyuntura de aquél instante no dejé ver todo lo que podía ser y hacer, dejando de lado temores e inseguridades. Errores de los que me arrepiento, pero para los cuales no hay remedio. Solamente es un pequeño relámpago o como una estrella fugaz que pasa y que deja una estela muy leve y efímera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario